La inflación en dólares y pesos que se registra en Táchira, obliga cientos de tachirenses a tener que volver a recurrir a Cúcuta para comprar el mercado de sus hogares. En esta entidad fronteriza de Venezuela, los residentes son golpeados tanto por la crisis económica del país, como por la devaluación de la moneda colombiana.
Por Anggy Polanco / Corresponsalía La Patilla
Los tachirenses, que habían disminuido la frecuencia de visita a Cúcuta para comprar comida a raíz de que en la región se conseguía gran parte de los productos colombianos, casi al mismo precio de los supermercados nortesantandereanos, vuelven de nuevo a someterse al traslado de carretillas y paquetes de comida para abastecer sus despensas.
Jean Castañeda, habitante de Capacho, contó que otra vez tiene que atravesar la frontera para comprar la cesta básica, dado que en Cúcuta hay mejores precios.
“No es como arriba (Táchira) que todo está dolarizado y es más fuerte”, relató.
Pese a que Capacho sí se consiguen algunos productos, en la pequeña población andina son revendidos a precios muy por encima de lo que cuestan en la capital de Norte de Santander.
Bajando hasta Cúcuta o Villa de Rosario, Jean Castañeda se ahorra por producto entre 1.000 pesos y 1.500 pesos, comentó.
Otro grupo de tachirenses acude al departamento colombiano para consultas médicas a más bajos precios en centros asistenciales privados. Tal es el caso de Nelly Cuadros, quien acude con su madre al país vecino para recibir atención médica.
“Es lamentable, pero es mucho más económica de este lado”, dijo Nelly, puesto que en Cúcuta pueden conseguir consultas con especialistas a mitad de precio de lo que pueden costar en San Cristóbal.
Pero a 46 días de haberse abierto la frontera para las cargas internacionales, los tachirenses deben seguir atravesando los puentes binacionales a pie, bajo el sol o con lluvia, ahora con la esperanza de que en el mes de enero por fin habiliten el tránsito de transporte público directo de San Cristóbal a Cúcuta.
Trasladarse a pie por la frontera encarece más el viaje, debido a que muchas personas deben pagar el servicio de carretilleros para que les ayuden a cargar el peso de un mercado digno para sus familias.