Carlos Ochoa: Gracias Timoteo

El país de los venezolanos que protestan y no son atendidos por el gobierno no se rinde, en las capitales de estado hay movilizaciones todos los días, protestan los maestros, los profesores de educación media, los docentes y empleados universitarios, los enfermeros, personal de la salud, los jubilados, productores del campo, transportistas, barriadas y pueblos enteros en donde los servicios básicos de electricidad, gas domestico y agua son intermitentes o casi ausentes.

Mientras el país que protesta patea la calle ignorado por los grandes medios controlados por el gobierno, la mayoría de los políticos de oposición debaten unas primarias para elegir al que va a quedar de segundo en las presidenciales de 2024, porque no hay manera que Maduro pierda con cualquier candidato o candidata salido del llamado G4, incluso si las adelanta que es muy posible que lo haga.

Algunos analistas describen el poco interés que suscita la política en las mayorías como si se tratara de algún virus, una cepa que produce una desafección que se sana como una gripe al tomar calor la contienda electoral. Hipotéticamente superado el escollo de las primarias, el 80% descontento con Maduro  lo desalojará del poder  democráticamente para instalar un nuevo gobierno que ofrezca  soluciones  a los que protestan y a los que no, eso tiene un problema, es un deseo no un programa real, carece de fe y esperanza.





Para que volvamos a ser el país próspero y feliz que míticamente fuimos en el pasado antes de la peste chavista y su legado, lo cual no es cierto, pues si bien hubo prosperidad, políticas sociales y obras importantes, eso no alcanzó para todos y vimos pobreza con demagogia, populismo barato y corrupción, no tanta como ahora pero la verdad no se puede ocultar.

Esto es bueno recordarlo porque es historia patria reciente,  tuvimos una democracia con muchas imperfecciones y defectos, pero con libertad de expresión, reunión, manifestación pacifica, independencia de poderes hasta cierto punto y respeto a la propiedad. 

A quienes creen en pajaritos preñados para 2024, el dirigente político Timoteo Sambrano en un momento de intensa sinceridad que se le agradece, nos aclaró como va lo de las primarias, a quienes el gobierno les va a permitir participar y quien va a ocupar el segundo puesto en la carrera por las presidenciales.

En fin todo está fríamente calculado como decía un popular personaje de una serie televisiva mexicana, ese 80% que rechaza a Maduro también rechaza a esta oposición, la diferencia es que con su 20% y todo el ventajismo del mundo, súper bigote con el giro capitalista de entrega a sus aliados iraníes, chinos, rusos de los haberes de la republica, le es suficiente para mantenerse hasta el 2030, reprimiendo la protesta si le conviene o a los realazos si es necesario, para impedir un encadenamiento de relatos, una politización de la protesta que le daría otro significado a la manera de confrontar a un gobierno y a un equipo que no aporta soluciones pero divide, compra voluntades,  fracciona, reprime  y sabe que es eficiente en esa vieja máxima de dividir para vencer, claro está de salir airosos sus aliados en la guerra que está en desarrollo entre oriente y occidente. 

Las primarias o bien el consenso opositor para elegir candidato tienen un plomo en el ala, van a profundizar la división y sobretodo van a cerrar un ciclo y una manera de hacer política de convivencia con el régimen. Se requiere refrescar la política con construcciones de relatos esperanzadores, comprometidos con la tragedia colectiva que estamos viviendo y eso solo se puede lograr acompañando de verdad al sufriente, a la madre que no tiene como costear un tratamiento médico para un hijo, a los que esperan en una larga cola en los hospitales se alinien los astros y salga su número para una intervención quirúrgica o un tratamiento, cuando los políticos hagan de la política una practica humanitaria y no un inventario de intereses particulares habrá emoción, cambio y política de verdad,