Walter Reinaldo Roque, es un periodista deportivo y analista especializado en fútbol.
Walter Reinaldo, creció junto a su abuelo, el experimentado director técnico uruguayo, Walter Roque, mejor conocido como “Cata Roque” y su padre, el ex jugador de la selección venezolana, Gustavo Roque.
Actualmente forma parte del staff de comentaristas del circuito radial, Deportes Unión Radio y Directv Sports.
A continuación la entrevista:
¿Cómo fue tu inicio en el periodismo deportivo?
Mi inicio fue en Radio Deporte 1590 am en el año 2002. Los responsables fueron Pedro Febles y Jaime Ricardo Gómez, a ellos le debo todo. Un día me invitaron a sentarme junto a ellos a debatir de fútbol sin saber que ahí, cambiaría mi vida.
¿Te inspiraste en algún periodista?
No se si se pueda llamar inspiración, yo lo definiría más como referencia. Aquí apunto a Daniel Chapela, un profesional con el que tuve la fortuna de trabajar durante los últimos cinco años y al que admiro muchísimo. Es el mejor.
¿La radio o la Tv?
Cada una tiene una esencia distinta, pero ambas son mágicas. La radio es mi carta de presentación, ya son más de siete años haciendo el Once Titular en Unión Radio de lunes a viernes y la valoración que tiene la gente por el programa es algo que me nutre para seguir con fuerza día a día. La TV es la consecuencia de todo.
¿Algún anécdota en tu carrera?
Son muchísimas. Pero sin duda la que nunca voy a olvidar fue en el estadio Defensores del Chaco en Asunción de Paraguay en la eliminatoria pasada. César Farías me llamó a la puerta del vestuario de la selección venezolana y ejemplificó con unos vasos sobre una mesa el plan de ejecución del partido de ese día. Quería que se entendiera lo que quería hacer. La Vinotinto ganó 0-2 en ese estadio por primera vez en la historia con dos goles de Salomón y el plan previo del entrenador fue realizado por los jugadores a la perfección. Me sentí afortunado.
¿Cómo defines tu profesión?
Como un estilo de vida que genera mucha responsabilidad. Apasionante y absorbente como pocas, pero muy enriquecedora. Somos afortunados los que podemos ejercer periodismo y que disfrutemos de esto.
¿Desde qué edad observas los juegos de fútbol?
Desde que tengo uso razón voy a la cancha de fútbol, totalmente influenciado por mi abuelo y mi papá. Pero una cosa es ver fútbol y otra cosa es analizarlo. Una no necesariamente es consecuencia de la otra. Me hice adicto al análisis del juego por mi abuelo desde el año 1999. Ahí arrancó todo.
¿Qué tan importante fue la figura de tu abuelo?
Sigue siendo importante, vital… Todo. Es mi maestro de vida en todos los aspectos. Con lo que refiere a lo profesional, me siento y escucho, muchas veces debatimos, pero para debatir con él me tuve que preparar mucho. Me sigue gustando escucharlo nada más, después saco mis propias conclusiones.
¿Cómo te defines en 3 palabras?
Yo? (Risas). Impulsivo, soñador y Guerrero, como el apellido de mi madre.
¿Eres seguidor de otra disciplina deportiva?
Si. Me gusta mucho el baloncesto, lo veo y lo disfruto como fanático de Guaiqueríes de Margarita y el Heat de Miami. Insisto, como fanático. No creo que me anime a opinar públicamente de esto.
¿Algún consejo para los que se inician en esta profesión?
Que luchen por sus sueños, que visualicen en grande y que tengan mucha constancia. Yo tengo una frase que me repito todos los días: Lo pensé, lo soñé, lo logré. Así vivo.
¿Admiras algún jugador o fuiste hincha de un equipo en particular?
Era hincha de los equipos donde dirigía mi abuelo, hincha a muerte. También de los equipos donde jugó mi tío Luciano, cada uno en su momento. Hoy soy hincha de mi primo Daniel que está dando sus primeros pasos en el profesional con el Atlético Venezuela.
¿Cuál fue tu mayor motivación para ejercer el periodismo deportivo?
Mi motivación constante es que esta profesión no tiene techo. Todos los días se aprende algo nuevo y no paras de crecer. De esto vivo y lo disfruto al máximo.
¿Eres feliz?
Muchísimo. Y feliz a mi manera, por eso soy tan feliz.
¿Cuál es el mejor reconocimiento que te han dado?
El de mi hijo todas las mañana cuando se despierta. Mirándome a los ojos me pide la bendición, me abraza y me da un beso. Ese es el mejor reconocimiento que se puede tener.
