Marcos Hernández López: ¡La naturaleza del Sufragio!

Marcos Hernández López: ¡La naturaleza del Sufragio!

Desde los tiempos de la Venezuela rural hasta nuestros días, los venezolanos se han inclinado más por la acción de votar en vez de elegir, es relevante para este análisis recordar que durante la Cuarta República los partidos políticos invitaban al pueblo a votar por colores y no por hombres, detrás de los colores se escondían muchas “lideres” que no merecieron nunca llegar al poder si se hubiese elegido.

En momentos de elecciones una frase común es “me cae bien el candidato”. Es una manifestación que traduce un voto. Así es el comportamiento del elector venezolano. Sus emociones dominan la razón, el sufragio está más conectado al corazón que a la reflexión. Es la simpatía del político lo que se gana su atención y no las propuestas de gobierno que presente. Las urnas expresan sentimientos. Cada boleta imprime el agrado y el “magnetismo personal”, caso concreto la tarjeta diseñada por PSUV para los comicios locales, en buena parte es mentira que el elector revisa si las promesas están en papel. En la mayoría de los países latino americanos el votante no le importa si el candidato tiene profundad en sus saberes o carece de argumentos, o si tiene rasgos atractivos.

 





En el contexto electoral venezolano, el aspirante que pretenda educar al votante por ahora no le irá bien, aunque existen dirigentes con formación académica, recursos para promover ideas de desarrollo y movilizarse en una campaña. La memoria de la población es frágil, el sufragio con criterio es muy difícil de lograr, no obstante, los países desarrollados son ejemplo de que el elector se documenta sobre los programas de gobierno para evaluar si ofrecen soluciones a su contexto, en Venezuela, los estudiantes, la sociedad civil organizada y algunos partidos políticos y sectores económicos impulsan este proceso, se visualiza en las regiones con mejores condiciones en la calidad de vida como: Zulia, Lara, Táchira, Anzoátegui, Carabobo, Caracas y Miranda, el sufragio en gran medida sí está conectado con el pulso o la valoración de la gestión nacional, este país tiene una cultural presidencialista. Es decir, la población siente la compleja crisis económica, este grupo de regiones tendrá el próximo 8/D una posición distinta a quienes se mantienen indiferentes frente a la realidad que vive Venezuela. Lo más seguro en los estados con indicadores rurales o donde la única fuente de trabajo es la administración pública se imponga  la maquinaria oficialista.

 

Para captar votos, el partido de gobierno despliega una perfecta maquinaria populista “salvaje” combinada con la demagogia, esta realidad deriva en acciones y discursos que buscan un voto apuntalado en la dádiva, el regalo y la limosna. Lamentablemente, en la Cuarta y en la Quinta República los intereses mezquinos de las organizaciones políticas corrompieron el derecho al sufragio ejercido con objetividad para elegir a quien de manera eficaz y honesta administraría un país, gobernación o alcaldía.

 

El próximo 8/D, Venezuela se juega dos caminos ideológicos: el primer camino la vigorización del Socialismo del Siglo XXI, según este modelo apunta hacia un bienestar socioeconómico al estilo Neo Comunismo, el Estado es omnipresente en la dinámica de la vida cotidiana de la gente, y los pobres son los “sujetos protagónicos” del proyecto revolucionario y la segunda vía es la que ofrece la MUD, la reconstrucción de la Democracia, sin distingo de colores, y con una visión bien clara de trabajar por un proyecto de Venezolanidad para darle la bienvenida a la fundación de una nueva República Democrática de Venezuela.

Es evidente, que existe un pueblo dividido en casi partes iguales, movilizado en habituales protestas que se orientan en la búsqueda por un mejor modo de vida, y el otro son los colectivos que defienden y valoran su proyecto Bolivariano de manera ortodoxa. Esto es parte del drama que vivimos, el venezolano tiene la oportunidad de VOTAR o ELEGIR el próximo 8/D.

Para su análisis particular, esta es la  tendencia histórica del voto Chavista – Madurista durante las últimas elecciones.

Tendencia histórica del voto Chavista: Presidenciales 1998: Chavismo: 3.673.685 // Oposición: 2.863.619. Constituyente abril 1999: Chavismo: 3.630.666 // Oposición: 300.233. Constituyente diciembre 1999: Chavismo: 3.301.475 //  Oposición: 1.298.105 Presidenciales 2000: Chavismo: 3.757.773 // Oposición: 2.530.805. Revocatorio 2004: Chavismo: 5.800.629 // Oposición: 3.989.008. Parlamentarias 2005: Chavismo: 1.871.419 // Oposición: no participó. Presidenciales 2006: Chavismo: 7.309.080 // Oposición: 4.292.466. Reforma 2007: Chavismo: 4.404.626 // Oposición: 4.521.494. Regionales 2008: Chavismo: 5.541.942 // Oposición: 4.712.621. Enmienda 2009: Chavismo: 6.310.482 // Oposición 5.193.839. Parlamentarias 2010: Chavismo: 5.423.324 // Oposición 5.674.343. Elecciones presidenciales 2012: Chavismo 8.191.132 // Oposición: 6.591.304  Elecciones presidenciales 2013: Chavismo 7.505.338 // Oposición: 7.270.403 Fuente CNE

 

Director de la consultora Hernández Hercon

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