Rafael Olavarría: ¿Qué tan Chávez eres?

Rafael Olavarría: ¿Qué tan Chávez eres?

Veo con curiosidad cómo el Gobierno, su partido y sus seguidores levantan con orgullo el “Yo soy Chávez”. No es que haya algún problema con eso, cada quien puede identificarse con el líder de su preferencia, hasta con ninguno, es válido y totalmente respetable.

Luego viene el impacto que ocurre en el momento en que nos dicen “tú también eres Chávez” o “Todos somos Chávez”. Confieso que esto me ha creado una angustia, ya que he empezado a cuestionarme si soy Chávez o si mi familia y amigos son Chávez. Entonces decidí salir de la duda, y hacer una lista de lo que caracterizaría a una persona que es como Chávez para poder determinar si yo soy él, o si él es yo, o qué tan él soy yo, o viceversa. Está claro, ¿verdad?

Revisa la siguiente lista, estimado lector, aplicando cada pregunta a tu actuar del día a día y saca tu propia conclusión sobre qué tan Chávez es usted:

¿Cuántos “checks” hiciste en la lista? Mantén ese número contigo. Es el número que representa qué tan Chávez puedes llegar a ser.

Mi opinión es que sí hay millones de venezolanos que lamentablemente nos comportamos como Chávez. Hay Chávez en las autopistas y en el metro, en los delincuentes y en las policías, en el gobierno y en la oposición. Nuestros vicios vienen desde que vemos que colearse en la cantina del colegio está bien y es normal porque tenemos un “pana” adelante en la cola. De ahí pasamos a tener a un contacto en un Ministerio para lograr los resultados más rápido que quienes cumplen el procedimiento reglamentario.

Es muy fácil echar la culpa al Gobierno. Más difícil es darse cuenta que Chávez no es la causa de nuestros males, que Chávez es un síntoma de todo lo que tenemos mal como sociedad. Chávez está en el irrespeto al diferente y al débil, en cada amenaza y en cada acto de intolerancia, está en ese que inventa cualquier excusa cuando no cumple con su trabajo, en el que ve en la luz amarilla del semáforo el “acelera que viene el rojo”, está en el que cree que la autoridad está ligada a qué tan alto grites, está en quien ve al que se supera y logra el éxito como objeto de envidia y no como meta.

Chávez también está en quien califica como “bobo” “gallo” “quedado”, etc. a quién es diferente y vive con honestidad. El venezolano honesto y colaborador, el que hace su cola, el que construye su éxito con méritos, sin quitarle a nadie. El que asume su responsabilidad, sus culpas y errores, trabajando día a día por ser mejor. Ese venezolano, el que no es Chávez, es el que construye esa Venezuela posible.

¿Está Chávez en tu familia? ¿Está en tu trabajo o en tu grupo de amigos? ¿Te pareces a él?

Para poder vencer al hombre y a su sistema,  tenemos que derrotarlo primero en nuestros espacios y en nosotros mismos.

Rafael Olavarría.

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